miércoles, 21 de julio de 2010
Una visita que inundó el refugio de grandes dosis de cariño
http://www.lavozdegalicia.es/arousa/2010/07/21/0003_8622236.htm
| Terapia con los ancianos de Geriatros
Siempre se habló del buen entendimiento entre el perro y el hombre, pero el día a día sigue sorprendiéndonos con anécdotas o detalles que muestran que esa confianza entre las dos especies no cesa de crecer y que no tiene límites.
Los ancianos del geriátrico de Ribadumia, Geriatros, y los perros del Refuxio de Animais de Cambados son la estampa perfecta de este dicho. Ayer lo han vuelto a demostrar, al acudir los ancianos por primera vez al refugio para hacer la terapia.
Olga Costa, gerente del refugio, lleva ya dos años haciendo esto en Geriatros, pero hasta ahora los ancianos nunca se habían desplazado junto a los perros, sino que era Olga la que se los llevaba a Ribadumia. Las ventajas de contar con un número mayor de animales hizo que ayer nueve de los ancianos de Geriatros pudieran conocerlos a todos. A algunos los miraban con rareza, pues lucían una nueva imagen, y es que Olga Costa no ha esperado para darle uso a la tan necesaria máquina de cortar el pelo que el geriátrico le regaló. Gracias a ella los perros pueden ahora pasearse a sus anchas sin pasar mucho calor.
La gerente del refugio explicó también a los ancianos que su padre ha sido el artífice de su forma de trabajar con los perros. Estos deben superar tres fases antes de poder empezar a entrenarse y asistir a las terapias. En cuanto los perros llegan al refugio, los meten en la parte de las jaulas para que aprendan a comportarse y se adapten al lugar. Luego, los trasladan a un cierre al aire libre para que vean como juegan los otros perros y se socialicen. A continuación quedan libres en el recinto del refugio, y acto seguido se empieza ya a trabajar con ellos.
Todo esto lo consigue Olga Costa gracias a Diego, Helena y Amadeu, tres chicos que le ayudan casi a diario en sus tareas y que también dan muchísimo cariño a los perros. Esta labor, que realizan también de un modo desinteresado, muestra que, al igual que Olga, sienten un gran amor por los animales.
Que la terapia está siendo todo un éxito no se puede cuestionar, pues Teresa, una anciana que no podía mover sus manos, ha conseguido ya poder acariciar a Dama, algo que no deja de hacer en ningún momento, pues el cariño que esta señora le tiene a la perrita se aprecia en cuanto se las ve a las dos juntas. Teresa no puede hablar ni moverse mucho, pero se expresa con la mirada, de la que, cada vez que ve a Dama, brota una inmensa alegría.
Tanto los ancianos como los perros quedaron encantados con la visita, y es que en pocos lugares se puede recibir tanto dando tan poco.
Etiquetas:
Gerontología,
Medios,
Terapia Asistida con Animales (TAA)
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