lunes, 10 de mayo de 2010
El arca de Noé está en Pontevedra
http://www.lavozdegalicia.es/pontevedra/2010/05/30/0003_8516333.htm
Autor: Susana Luaña
Los dueños de un halcón recuperado días después de su huida cuidan 4 aves de rapiña, perros, canarios, conejos y muchos animales más en Cova de Lobos
Un halcón de nombre Thor mantuvo en vilo en los últimos días a los vecinos de la comarca por la aventura que vivió cuando huyó de su casa en Cova de Lobos y no fue rescatado hasta días después cuando un vecino de Caldas lo encontró en su granja. Thor se recupera ahora en su hogar, acompañado de dos águilas y un cernícalo americano. Cuatro aves de rapiña que conviven con canarios, conejos, perros, pavos reales, gallinas y otros muchos animales más.
Sus dueños no saben cuántos tienen. Calculan que un centenar. El arca de Noé está en una vivienda de Cova de Lobos, en Cambados, a cargo de la familia González Portas. Evaristo González, el padre, ya se había criado rodeado de animales en su casa de A Modia, pero siempre le fascinaron las aves de presa. «Eu traballo na construcción e antes andaba por fóra, e non podía coidalos, pero dende hai cinco anos vin para casa e foi cando compramos o primeiro, un halcón lanario que logo morreu pola picadura dunha avespa. Morrreron máis, outros electrocutados, e agora temos catro».
Thor le roba protagonismo a sus compañeras por su aventura por tierras de O Salnés, pero en belleza todos ellos andan a la zaga. Reposa sus garras en los brazos de sus amos acompañado de una hembra de Harris americana, otra de cola roja y una cernícala americana. Evaristo contó en todo momento con la colaboración de su mujer, Moncha, a la que también le gustan los animales y que incluso acoge temporalmente a perros abandonados, echando una mano a la protectora de Cambados.
Cuidados
Los inquilinos de la casa precisan tal cantidad de cuidados que es necesario emplear dos horas diarias para tenerlos en condiciones. Pero en esa tarea está involucrada toda la familia. Noelia, la hija mayor, es la que tiene menos tiempo, porque tiene una librería que atender. A su hermana Belinda lo que menos le gusta es dar de comer a las aves de rapiña, «porque hai que darlles animais mortos e iso é desagradable», reconoce. Su hermano pequeño, Vani, echa una mano cuando puede, entre juego y estudios.
Evaristo y Moncha reconocen que lo de alimentar las aves de rapiña tiene su aquel, porque hay que comprar pollitos y ratones muertos que guardan en el congelador. Luego se descongelan y hay que quitarles los pelos, las plumas y las tripas. «O peor é o dos ratóns», reconoce la madre. A la alimentación se suman los controles veterinarios, la higiene diaria y el entrenamiento, un proceso lento, porque un ave de rapiña no se deja amaestrar; obedece solo por el instinto del apetito.
«Hai que saber exactamente que cantidade de comida se lles da, porque se non teñen fame, non obedecen». Evaristo dedica todo su tiempo libre al cuidado de los animales. «É unha paixón, porque outra afección non teño». Siente fascinación por los animales salvajes, y reconoce que «a miña ilusión é amestrar un lobo», aunque sabe que es difícil. Al oírlo resulta inevitable pensar en el topónimo del lugar, Cova de Lobos. «A avoa dicía que viña de que aquí houbera lobos, pero hai moito tempo », dice Noelia. Toda la familia pasa sus horas libres con las aves y demás mascotas, y cuando hay ferias medievales, suelen llevar al halcón y las águilas. «É bo que se acostumen á xente e ao ruído». Por eso en la huerta siempre está la radio encendida.
Semejante afición no les da dinero, más bien se lo quita. Aunque este año tienen pensado estrenarse en un concurso de cetrería que se va a celebrar en León, y allí sí hay premios. Ganen o no, a los González Portas se les ve felices con sus amigos. Como en su día Félix Rodríguez de la Fuente, el principal culpable de su afición. «Hai especies en perigo de extinción, como o lince, que se salvaron grazas a el -dice Evaristo-. E a el lle debo esa paixón polo lobo. Temos todos os deuvedés da serie que xa sei de memoria».
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