domingo, 2 de agosto de 2009

El refugio de nunca acabar


http://www.lavozdegalicia.es/arousa/2009/08/02/0003_7883387.htm

Hace nueve años, O Salnés ya disponía de terrenos para construir este nuevo servicio. Ahora, aseguran en la mancomunidad, está a punto de abrir sus puertas

Nadie discutió nunca la urgencia de que O Salnés dispusiese de una perrera mancomunada. Es más, muchos fueron los alcaldes que solicitaron en reiteradas ocasiones la puesta en marcha de este nuevo servicio. Pero pese a esta prisa y a la necesidad, lo cierto es que la comarca lleva algo más de nueve años planeando y diseñando el refugio de animales. Las cosas han cambiado durante los últimos ejercicios. Actualmente, informan en la mancomunidad, ya está construida la estructura y se ha adjudicado la segunda fase de los trabajos. Si todo sale según lo previsto, las instalaciones podrían estar listas a finales de año. Y solo habrán pasado nueve años desde que se planeó su construcción.

En agosto del 2000, la mancomunidad anunciaba que, en el plazo de un año, O Salnés podría disponer de su primer refugio de animales, que daría servicio a todos los municipios. Localidades como O Grove urgían ya entonces la puesta en marcha de esta infraestructura, pues ya no sabían que hacer con los animales abandonados que encontraban en las calles. La urgencia de disponer de de este servicio radicaba en el hechio de que solo dos concellos de la comarca tenían un refugio de este tipo: Cambados y Vilagarcía. Las instalaciones de ambos concellos comenzaban a colapsarse por que vecinos de todo O Salnés, sabedores de donde había un local para acoger animales, se desplazaban a esos dos concellos para abandonar a sus mascotas.

Así las cosas, en mayo del siguiente año, la Consellería de Medio Ambiente anunciaba su apoyo para subvencionar la construcción de una perrera mancomunada. Se ubicaría en Meis, en una finca de más de dos mil metros cuadrados que había sido cedida a la entidad supramunicipal. Y al mes siguiente, se anunciaba la firma de un convenio con la Administración autonómica. Seis millones de pesetas otorgaría la Consellería de Medio Ambiente a O Salnés para poder poner en marcha las obras de construcción de esta infraestructura. En agosto de ese año, el conselleiro, por aquel entonces Carlos del Álamo, visitó la zona para interesarse por todas las obras pendientes y, de nuevo, comprometió su apoyo a la perrera de la comarca.

Corría noviembre del 2001 cuando la mancomunidad sacó a concurso las obras para construir este servicio. Se ubicaría en el lugar de Silván, parroquia de Armenteira, Concello de Meis. Su construcción se demoraría durante cuatro meses. Solo una empresa se presentó al concurso convocado por la mancomunidad y esta decidió adjudicarle los trabajos. La afortunada fue la firma O.C.S., que debería construir un edificio con espacio para cuarenta jaulas, una clínica, oficinas y dos patios. Todo ello, en una superficie de 900 metros cuadrados.

Pero algo sucedió. En agosto del 2002, cuando la perrera mancomundada debía llevar ya varios meses funcionando en Meis, una menor fue atacada por un perro abandonado. Aquel suceso puso de actualidad el proyecto de la mancomunidad, que tuvo que reconocer que la perrera seguía sin construir, y que solo pudo prometer que los trabajos arrancarían de inmediato.

En marzo del año siguiente, el 2003, era la presidenta de la Asociación Protectora de Animales de Cambados, Olga Costa, la que denunciaba el colapso de la perrera de esa localidad porque otros concellos de la comarca carecían de este servicio.

Pero no fue hasta el año 2004 cuando la mancomunidad reconoció, por fin, que las obras para poner en marcha aquella primera perrera nunca habían salido adelante. Los trabajos llegaron a comenzar, sí, pero nunca fueron terminados y la entidad supramunicipal se vio obligada a devolver la subvención a la Consellería de Medio Ambiente. Casi al mismo tiempo el nuevo presidente de O Salnés, el alcalde de Meaño Jorge Domínguez, presentó un nuevo proyecto para, de nuevo, intentar sacar adelante esta iniciativa. Dos años tardó en redactarse el nuevo proyecto de obras y, en un corto espacio de tiempo, ya se había conseguido el apoyo de la Consellería de Medio Ambiente. Poco después fueron adjudicados los trabajos y, actualmente, ya se ha construido la primera fase, esto es, la estructura de todos los edificios que conformarán la perrera. Se ubica en la parroquia de Armenteira, en Meis, en una finca de cinco mil metros cuadrados.

Pero tampoco en esta ocasión las obras avanzan todo lo rápido que deberían. El presidente de la mancomunidad, Jorge Domínguez, explicó ayer que la obra «está moi estancada». Los presupuestos, que Medio Ambiente ha repartido en tres anualidades, y la tramitación de todos los permisos necesarios han vuelto a retrasar una obra que muchos municipios arousanos siguen reclamando. Hace unos días, la entidad supramunicipal ha adjudicado la tercera fase de estos trabajos, que consistirá en terminar los servicios de estas nuevas instalaciones. Según Jorge Domínguez, la empresa dispone de tres meses para realizar esta tarea.

Después, la perrera podrá comenzar a funcionar. Siempre y cuando, claro está, la mancomunidad encuentre a alguna asociación protectora de animales que esté dispuesta a gestionarla. Esta es, al menos, la decisión que los alcaldes aprobaron en el último pleno.